
Vamos a realizar un pequeño análisis de los discos publicados por El columpio asesino, con una gran ayuda de Youtube, que nos dará la mayor parte de las canciones del grupo y de una página web llamada: http://lafonoteca.net/ ; que de mano de sus distintos artículos publicados por Juan José Santos nos hacercaremos al estilo y a la historia de cada disco...
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El Columpio Asesino
Las monstruosas ideas de los navarros se solidifican en formato cedé en el año 2003. Un debut gélido, una estalactita que se introduce por el oído y que te quema el cerebro con su fuego helado.
Las referencias van mucho más allá de los Pixies. "Your man is dead", la declaración de intenciones del disco, si que es una ofrenda al grupo de Kim Deal y Frank Black, pero "Lehiotik", la siguiente canción, ya nos sitúa en un grupo mucho más complejo. Aquí lo que les interesa es la creación de un espacio mental, onírico, irreal; lo logran gracias a los arreglos electrónicos y a la aparición de los vientos. Pero la línea predominante de este "El Columpio Asesino" (Astro, 2003) es la que marcan temas como "El evangelista"; una letra simple, esencial, infantil y por ello malvada, y surrealista. Un ritmo subrayado con una guitarra demoledora, la ayuda de la electrónica y la batería machacona. Una fanfarria desquiciante, una locura insana que te golpea; una radiografía sonora de la mente de un desequilibrado; una trompeta que toca alguna de las figuras eternamente castigadas en "El Juicio Final" de El Bosco.
"Castigadora", un tema que sube y baja como un tiovivo demencial, es un experimento de laboratorio que por poco no nos explota en la cara. "Ye ye yee" es uno de los mejores cortes del disco, incluso accesible para un espectador sensible, con una letra que a veces es mejor que no se entienda, como de hecho, ocurre. Una lírica brutal que parece proceder del inconsciente de un niño que comienza a aprender sus primeras execraciones. Un hijo bastardo nacido entre un inverosímil matrimonio; punk y pop.
Retorna la niebla y el misterio en "The chemical lovers", esta vez en inglés. Una mezcla entre lo instrumental y lo vocal, entre lo abstracto y lo concreto, entre lo real y lo ficticio. Sin embargo, esta es una propuesta de contrastes; pasamos del ambiente relajado de dicha canción a la suciedad de "Vamos", una parodia del tema de Pixies tan inusual, sorprendentemente divertida y descontextualizada, que se convierte en el prodigio del disco y en el tema que desata la enajenación en sus demenciales conciertos (¡La muñecaaaa!).
El ciclo continúa; la instrumental "La muerte de un trompetista" es lúgubre, sugerente e igualmente sugestiva. Ya sabemos lo que nos toca en "Motel"; letras guarras, guitarras indecentes y una tensión que se rompe, se quiebra y te agarra del cerebro y de los cojones con fuerza. Otro de los temazos de este disco debut, la mejor ópera prima en España del 2003. Así que nos dejan exhaustos con "Pistolero", una visión de nuevo instrumental con ritmo, y con los seis navarros más traviesos que nunca, con sus juguetes nuevos.
10 pistas
1 Your man is dead
2 Lehiotik
3 El evangelista
4 Castigadora
5 Ye ye yee
6 The chemical lovers
7 Vamos
8 La muerte de un trompetista
9 Motel
10 Pistolero
Haz click en los enlaces para escuchar los temas en Youtube
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De mi Sangre a tus Cuchillas
Vuelven los psicorockeros. Tras su sorprendente aparición en el mundo musical, y cuando, los que no eran ya miembros de la secta, aún se encontraban boquiabiertos, llega la segunda parte.
Cuentan que Albaro Arizaleta, con toda su buena intención, andaba buscando a Jodorowsky en la Feria del Libro de Madrid para que le firmara en su libro “La Danza de la Realidad” (Siruela, 2001). “De mi sangre a tus cuchillas”, fue la dedicatoria del chileno al cantante. Ya tenemos el autor, y este es el crimen. Un disco que ahonda en la brecha abierta por su antecesor, que hunde aún más el dedo en la llaga, que está lanzado hacia la profanación total. No es únicamente un homicidio, aquí hay ensañamiento.
Mezclando de forma acertada ritmos aplastantes, potentes, con otros más atmosféricos momentos de calma, sus influencias se disfrazan aunque perduran. Sus letras se recrudecen, y son enviadas a las ondas provenientes del inconsciente colectivo para quedarse aferradas al bulbo raquídeo del oyente.
El disco se abre con un instrumental muy Pixies, y continúa con “Edad legal”, una primera cuchillada directa a la psique. En “El regreso del evangelista”, una irreverencia electrónica que también enlaza con los Pixies más ácidos, y en su música con su álbum “Bossanova” (4AD, 1990), insisten en esa simpleza lírica, en la búsqueda de la esencia de la maldad a través de la palabra.
De nuevo la voz de Arizaleta suena a Almodóvar & McNamara, en una versión del ten-Bo Derek pero en perverso. Llega el necesario respiro con “La perra del hortelano”, con su coro demoníacamente angelical, y sus palmas flamencas, que los relacionan con otro de sus grandes padrinos: los siniestros Gabinete Caligari de su primera época. Vuelven los ochenta más sádicos en la brutal “Lucas 44-48”, una revisión bíblica muy particular; “Gua. Salivaremos. Gua. Como los perros. Gua. Perros calientes. Gua. ¿Paseas al perro? Gua. Nos comeremos. Gua. África entera. Gua. Y eructaremos. Gua. Como señores…”. El sexto corte es de nuevo un tema más pausado, que se inicia con un mantra diabólico y acaba con un rollo electrónico un tanto aburrido, dando paso a “No llores más”, uno de los mejores temas del disco, una canción mágica, una nana que por fin contiene una letra que indica la búsqueda de una salida al mundo apocalíptico e infernal que ellos mismos han creado.
Cantan en inglés en “Pacífico”, tema juguetón y más amable que los demás, y retorna la potencia guitarrera en “Sintentizadores sobre motos y guitarras”. “Floto” es otra de sus fábulas macabras y “La caja de música” nos retrotrae a la infancia, la época en la que el mal, la violencia, el sexo, etc… más nos deja marcados.
El último tema, “¡Aha…!”, con su poesía satánica de cuatro rombos, nos aclara las dudas. Esas imágenes, esos insultos, esos descubrimientos, son los que explotan este grupo en su concepción de las letras. Un paisaje surrealista, asfixiante, un libro del Marqués de Sade, una obra de teatro de Angélica Lidell, un poema de Leopoldo María Panero, un cuadro de Santiago Ydáñez o una escultura de Enrique Marty. Y todas estas vísceras bien envueltas en punk-ambiental.
12 pistas
1 Gaviotas perdidas en el centro del mar
2 Edad legal
3 El regreso del evangelista
4 La perra del hortelano
5 Lucas 44-48
6 La zorra
7 No llores más
8 Pacífico
9 Sintentizadores sobre motos y guitarras
10 Floto
11 La caja de música
12 ¡Aha…! (Bonus)
Haz click en los enlaces para escuchar los temas en Youtube
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La Gallina
Vuelven los insurrectos pamplonicas por su habitual senda de vísceras electrónicas y su diabólico tambor peludo.
Referencias; Mecano, Moby, Kraftwerk, New Order, Scott Walker, King Crimson, Mike Oldfield, Pixies, Radiohead, Jean Michel Jarre y Lucifer. Como te quedas.
Ya que el término está de moda, diremos que El Columpio Asesino desacelera. Sin ser esto negativo, como muchas críticas de "La Gallina" (Astro / PIAS, 2008) afirman. Muestran una cara más sosegada, un ritmo más ralentizado, unas composiciones más calmadas, dentro del habitual salvajismo lírico. Porque las letras no cambian. La realidad despellejada mostrando sus partes pudendas continúa colgando del rollo en la plaza del pueblo.
"La Gallina" transmite la sensación de estar presenciando una cabalgata de seres satánicos, un cuadro de Solana, una película de Buñuel. Con el anticristo aragonés tienen mucho más en común que una cercanía geográfica; les une su pasión mexicana (ambos en principio por motivos comerciales) y su irreverente alma surrealista. Una poesía muy visual (como el daliniano tema “Moscas”) a menudo un tanto críptica. Sin embargo esta literatura en ocasiones se torna más que clara, incluyendo la denuncia de la filosofía posmoderna y de la hipocresía social.
Musicalmente hablando, la novedad más agradable es la incursión y protagonismo de la voz de Cristina Martínez, que dota a los temas de El Columpio, con su dulce y suave voz, de un toque misterioso, malvado y fuertemente sugerente. Como hemos adelantado, las guitarras pasan a un segundo plano, siendo sustituidas por una mayor presencia electrónica. La saturación y el ruidismo son relegadas y reemplazadas por una mayor variedad rítmica dentro de un mismo corte. Quitando la cáscara de las canciones, también localizamos un ligero coqueteo progresivo.
Muchos echarán de menos la fuerza, la potencia y la rabia incontenida de sus anteriores entregas. Escuchando "La Gallina" de manera autónoma, si ubicarla en su discografía, nadie puede negar la fuerza de la propuesta, así como su originalidad y frescura. Canciones como la inicial “Cenizas”, la celestial “Yo soy tu nombre” o la apología de los sintetizadores que es “Aleluya” certifican y justifican el cambio de rumbo.
El temazo es “México”. Buñuel puro. El anti-MTV. Letras delirantes. Electrónica orgánica. Demonios respirando. Excomunión. Tortura progresiva. Tambores de una tribu caníbal. Huida.
Ya he vuelto. El nuevo y putrefacto aire que expira El Columpio Asesino convence. Por poner un pero, además hipotético, diremos que seguramente las nuevas canciones no enganchen con la parroquia en directo en comparación con las anteriores. La cólera desatada es aquí sustituida pro un mayor cuidado musical, una mayor perfección que incluso me conduce a afirmar que los temas despojados de la voz, en su versión instrumental, se podrían haber sostenido con dignidad.
Mejor no les doy ideas.
10 pistas
1 Cenizas
2 El destacamento
3 La marca en nuestra frente es la de caín
4 Moscas
5 Yo soy tu nombre
6 México
7 Aleluya
8 Dolores Tres Pinos
9 Un arpón de grillos
10 No tienes que decirme nada
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